Uno de los tipos de contrato aleatorio que más polémica causa entre los expertos para su exégesis o interpretación es el contrato de juego y apuesta. En esta entrada, intentaremos reunir distintos comentarios que permitirán aislar un concepto claro al respecto y las implicaciones legales para quienes intervienen en el mismo.
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![]() | Modelo de contrato |
¿Qué es un contrato de juego y apuesta?
Un contrato de juego y apuesta es un tipo de contrato aleatorio en el que el azar resulta ser un factor determinante para establecer las equivalencias de las prestaciones, atribuyendo obligaciones que cada una de las partes intervinientes deben cumplir. Aunque el juego y la apuesta son dos actividades distintas, por lo general las leyes civiles los equiparan en cuanto a sus consecuencias.
Ahora bien, es posible distinguir algunas diferencias entre juego y apuesta a partir de sus definiciones básicas. El término ‘juego’ hace referencia a cualquier actividad en la que se arriesgue alguna cantidad de dinero u objetos evaluables económicamente en base a resultados futuros y desconocidos por los intervinientes. Pueden ser juegos de suerte y azar o juegos de destreza y habilidad.
Por su parte, se entiende como ‘apuesta’ toda actividad de juego en la que se arriesga dinero en base a los resultados de un acontecimiento previamente determinado, como un partido de futbol, cuyo desenlace es incierto y ajeno a los participantes, es decir, ellos no participan en el mismo. La cuantía del premio se determina en función de las cantidades arriesgadas y otros factores.
Ejemplo de contrato de juego y apuesta
CONTRATO DE JUEGO Y APUESTA

Características de un contrato de juego y apuesta
- Autónomo, puesto que no depende de otro contrato para existir.
- Oneroso, ya que siempre está vinculado a un interés económico o ánimo de lucro.
- Aleatorio, ya que las partes desconocen el resultado y el azar juega un papel esencial.
- Consensual, puesto que se perfecciona por la manifestación de consentimiento de las partes involucradas.
- De ejecución instantánea, al momento de desaparecer la incertidumbre.
Elementos que conforman un contrato de juego y apuesta
En un contrato de juego y apuesta intervienen dos o más sujetos, a quienes se denomina jugadores durante la duración del mismo. Cuando este finaliza, es posible identificar al vencedor y al perdedor con el resultado de la actividad establecida en el contrato.
Asimismo, el objeto de un contrato de juego y apuesta será la obligación que adquieren las partes para dar una suma de dinero o un bien evaluable económicamente a la parte vencedora. En algunos casos, el dinero o bien es entregado por los jugadores a otra persona que sirve como organizador de los juegos y apuestas.
En resumen, podemos decir que en un contrato de juego y apuesta interviene el organizador de los estos, quien está obligado a entregar una suma de dinero en caso de que resulte perdedor, y el apostador, quien entrega una suma de dinero esperando ser el vencedor y obtener el premio en caso de que resulte ganador.
Aspectos básicos a considerar en un contrato de juego y apuesta
Los juegos y apuestas pueden clasificarse en permitidos y no permitidos, siendo los primeros aquellos regulados y permitidos por las leyes de cada país, y bajo los cuales se establece un acuerdo o contrato en el que se estipulan obligaciones para las partes, cuyo incumplimiento tiene consecuencias legales.
En este sentido, se entiende que quien pierde en un juego o apuesta de los permitidos queda obligado civilmente a cumplir con la obligación establecida en el contrato. Ahora bien, la Autoridad Civil pudiera desestimar la demanda de quien exige el pago de la obligación si la suma de dinero involucrada es excesiva.
En el caso del jugador que apuesta, su obligación consiste en entregar una suma de dinero para adquirir las fichas, cartillas o análogos en los juegos y apuestas, quedando sobreentendido que no recuperará dicha prestación dineraria aunque resulte perdedor o ganador. Lógicamente, esta suma de dinero es muy inferior a la recompensa.
Por otro lado, la empresa que organiza los juegos y apuestas siempre recibe un beneficio, aun cuando resulte perdedora en algunas ocasiones. En todo momento existirá un margen de ganancia, puesto que las pérdidas ya han sido previstas y resultan ser ínfimas en comparación con las ganancias obtenidas y venideras.