¿Quieres alquilar tu vivienda o una habitación durante un periodo vacacional? Esta es una buena manera de generar ingresos extras en temporadas altas, especialmente si vives en una zona turística. En esta entrada hallarás una guía completa con todo lo que necesitas saber sobre un contrato de alquiler vacacional.
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![]() | Modelo de contrato |
¿Qué es un contrato de alquiler vacacional?
Un contrato de alquiler vacacional es un documento legal en el que se establece y regula una relación contractual entre el propietario de un inmueble y un viajero que necesita alojarse en calidad de huésped. Este tipo de documento suele utilizarse con mucha frecuencia durante los periodos vacacionales o temporadas altas.
Cualquier persona que sea propietaria de una vivienda tiene la posibilidad de rentar esta o alguna de sus habitaciones a viajeros o temporadistas que visiten la zona por razones turísticas. El huésped hará uso de la propiedad de manera temporal o permanente, dependiendo de las condiciones expuestas en el contrato.
Rentar una habitación o vivienda durante una temporada de vacaciones o en días festivos es una excelente forma de aprovechar estas ocasiones para generar ingresos. Si estás interesado en ofrecer este tipo de servicio a los turistas que visitan la región donde vives, te conviene saber cómo redactar un contrato de alquiler vacacional y cuál es la legislación que aplica.
Modelo de contrato de alquiler vacacional
CONTRATO DE ALQUILER VACACIONAL

¿Es obligatorio utilizar un contrato de alquiler vacacional?
La norma madre que regula el alquiler de inmuebles destinados a viviendas u otros fines se denomina Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). Dicha ley le concede a cada comunidad autónoma la potestad de regular la promoción y ordenación del turismo dentro de su territorio.
La única comunidad autónoma que ha establecido el contrato de alquiler vacacional como un requisito obligatorio es Andalucía. Las demás comunidades autónomas cuentan con normativas locales que ofrecen la orientación necesaria para rentar, de forma legal, una vivienda con fines turísticos, pero sin darle carácter de obligatoriedad a la firma de un contrato.
Ahora bien, lo anterior no significa que la firma de un contrato de alquiler vacacional sea innecesaria o carezca de importancia. Más bien, se trata de una medida legal que protege a las partes involucradas: el propietario podrá establecer las cláusulas y normativas para resguardar sus derechos, y el inquilino disfrutará de su alojamiento sin riesgos ni contratiempos.
Elementos que conforman un contrato de alquiler vacacional
El propietario tiene el derecho de incluir las cláusulas que considere necesarias dentro de la estructura del contrato, siempre y cuando respete la regulación vigente y no abuse de los derechos del inquilino. Con todo, en un contrato de alquiler vacacional no pueden faltar los siguientes elementos:
- Datos identificativos del propietario y del arrendatario: Nombre, DNI, lugar de residencia, teléfono y correo electrónico.
- Reconocimiento de que ambas partes hacen uso pleno de sus facultades para el ejercicio de sus derechos en la firma del contrato.
- Clara confirmación del acuerdo entre ambas partes para el alquiler vacacional del inmueble.
- Fecha de formalización del contrato y las firmas de las partes.
Cláusulas que debe incluir un contrato de alquiler vacacional
Como ya hemos dicho, es el propietario quien establece las cláusulas normativas que el inquilino debe respetar durante su permanencia en la vivienda. Las mismas dependerán en buena medida de factores como la ubicación y tipo de inmueble, si hay vecinos cerca o si los huéspedes tienen hijos o mascotas.
- Propósito del contrato: No podrá ser otro que el disfrute de la vivienda con fines vacacionales o turísticos.
- Duración del contrato: Se deben fijar las fechas de comienzo y fin del uso de la vivienda.
- Renta y fianza: Se ha de acordar el precio del alquiler, que por lo general es más económico que en un servicio de hostelería, así como también la frecuencia y el medio de pago. Lo mismo aplica a la fianza, que será devuelta en caso de que la vivienda no haya sufrido ningún tipo de daños.
- Obligaciones del inquilino: No molestar a los vecinos, cuidar la propiedad, avisar de inmediato al propietario si ocurre alguna eventualidad, etc.
- Obligaciones del propietario: Estar presente para realizar la inspección previa con el inquilino a fin de comprobar el estado del piso, reparar daños no causados por el inquilino, etc.
- Ocupantes y presencia de animales: Cantidad máxima de personas que tienen derecho a disfrutar de la vivienda, y si está permitido o no tener animales de compañía.
- Subarriendo: Debe constar por escrito que está prohibido subarrendar la vivienda.
- Anulación y rescisión: Causas que justifiquen la anulación o rescisión del contrato.
¿Por qué necesito un contrato de alquiler vacacional?
Aunque la firma de un contrato de alquiler vacacional no es obligatoria en la mayoría de las comunidades autónomas, a excepción de Andalucía, lo más recomendable es que se establezca este vínculo legal entre el propietario y su huésped. De esta forma se deja por escrito cualquier acuerdo alcanzado por ambas partes en relación con el alquiler de una propiedad turística.
La principal ventaja de firmar un contrato de alquiler vacacional es que ambas partes disponen de un documento en el que consta el acuerdo al que han llegado. Por lo tanto, en caso de conflicto, el contrato será una salvaguarda para proteger los derechos del inquilino o su huésped.
Además, el contrato le permite al propietario de la vivienda notificar a sus huéspedes cuáles son las normas de la casa y las repercusiones en caso de incumplimiento. En definitiva, se trata de un documento que sirve como garantía legal para que los propietarios reduzcan el riesgo de alquilar su vivienda a huésped indeseados.
Un recordatorio final
Para que un contrato de alquiler vacacional tenga validez legal, es imprescindible que el piso turístico que piensas rentar esté debidamente registrado y tenga su licencia turística. Para ello, debes enviar la documentación del inmueble a las administraciones autonómicas correspondientes.
En caso de que un propietario decida explotar su inmueble con fines turísticos sin el registro oficial para tales efectos, estaría incurriendo en una grave infracción administrativa con el riesgo de sufrir una fuerte sanción económica.